Juego a que el mantel y la mesa son mi nave marina
Y atravieso en ella la profundidad del limbo
El vaso es mi catalejo, el salero es la brújula
La mar está tranquila
El vaivén imperceptible
Por un ojo de buey puedo ver, bajo la superficie:
Están los pulpos trepándose a la proa,
Las medusas tocan las ventanas con eléctrica euforia
Y los calamares manchan de lila
las aguas abiertas por mi barco.
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