14 mai 2007

Desde Río, una crónica pantanera

Hace 20 días partí de Temuco, crucé desierto, salares, cordillera, pampas, ríos, pantanos y cerros llenos de bosques. He visto montones de cosas, he conocido gente muy linda en San Pedro, Asunción y Río Abobral, en Pantanal. Ha sido un tránsito largo, no exento de nostalgia. Todo se ve distinto con la distancia, no todo-todo, pero el prisma con que aparece la gente que uno ama se ilumina y dan ganas de sentirse cerca otra vez. También es bello sentir eso.

Creo que lo mejor que he hecho es perderme en el pantanal, sentirme en la tierra, muy alejada de las comodidades que uno asimila como naturales en la urbe: tener electricidad, colchón, pantallas y conexiones virtuales. Omitir eso fue una delicia, estar en lo básico, despertarse con el sol, salir a recorrer en busca de paz, en busca de la vida que arma su sinfonía bajo el sol, ver los animalees acercarse a ti o alejarse, dependiendo de sus carácteres. Los Capivaras, por ejemplo, son bastante relajados. Están a la orilla del camino y aceptan bien que te aproximes un poco, no tanto, no son lesos, se arrancan igual. Los Yacarés no te pescan, a veces se ponen curiosos y te miran fijo, apenas moviéndose, a penas, son muy extáticos, dan miedo. Penetran con su mirada antigua, esperan la opoortunidad de apresar su alimento con una calma felina. Los monos son bien especiales, no les gusta el frío, me costó verlos, porque esta fecha es más templada (frío es algo difícil de sentir por estos lados). Sin embargo, el último día en Pantanal pude ver una familia de Bugios. Una hembra joven, muy simpática, se colgó de una rama por las patas y hacía señas con sus manitas ¡más linda! Se rascó la cara y miraba fijo. Me conmoví de estar abajo en la tierra y ella arriba de una Figuera, ambas extendiéndonos en un saludo, un gesto silencioso. Yo sonreía de felicidad.
Los pájaros son los reyes alla, es íncreible el Jibaroo, o Juanelgrande ¡es casi de mi porte! Un día que fuimos a pescar, llegó él a acompañarnos, esperaba nuestra generosidad y yo le dí 2 pescaditos (una piranha y una pirapitanga, ambos peces con dientes feroces), estaba muy cerca nuestro, moviéndose con una gracia algo ridícula, ya que su porte no le permitía mucha elegancia, pero ¡era tan simpático! También estaba lleno de Martín pescadores, lleno, ví como 3 diferente, azules, grises y verdes, grandes y más pequeños. Los rapaces igual tenían bastante presencia, diferente gavilanes y aguiluchos. Muy soberbios ellos. ¡Ah! y los pericos, muchísimos, si no me despertaba con la campana del desayuno eran ellos los responsables de que abriera los ojos ¡qué escandalosos son sus cantos! Me da risa...
Me bañé en el río, era tibio, calmo y marrón. Es loco sentir que lo que está bajo tuyo en el agua posee dientes incisivos, da susto, cuesta dejar de pensar en eso, pero el agua es una delicia y a mi me fascina nadar, así que ¡maní con las pirañas! Estuvo exquisito. Me bañé 3 días (en Pantanal estuve 5), el último día me metí en cueros, sola, con una tranquilidad que solo podía tener de fondo el canto de los colibríes.

Conocí un puñado de personas con luz auténtica, gente local que andaba descalza por su tierra, siempre en contacto y al ritmo de ella. Generosos y alegres. Nos invitaron, a la Ana y a mí, a dos churrascos (asados), uno de chancho salvaje (casado la madrugada anterior) y uno de Yacaré. Probé las dos carnes y canté con ellos, diferentes repertorios, por supuesto. Ellos unas sambas y baguadas acompañados de un tambor (que desconozco el nombre, pero usan los dos lados, los tres en realidad, los fondos y el costado) y una guitarra. Por supuesto, la voz. Y así nomás, a bailar con Don Bosco (un sol de persona) y con el Leandro (un púber muy saltarín, que me dejó raja tanto saltito y vuelta). yo les canté Violeta Parra y unas que me se en portugué, que disfrutamos todos junto al fuego. El fuego, infaltable amigo bajo las estrellas. Fue una pausa multicolor, llena de sonidos y ausencia de estrés, comida rica y buena compañía.

Quisiera rememorar más, pero necesito tiempo para conocer nuevas cosas, ahora estoy en Río de Janeiro con un amigo que no veía hace más de 6 años, así que se viene un paseo por Copacabana...
Les enseño a continuación, parte del registro en fotos que llevo, tengo algunos videos, pero no se como subirlos, ya se vendrán.
Un cariñoso saludo de mi personita, para los que me conocen más o menos, para los que quiero y amo: un abrazo que rompe cualquier distanca, los llevo prendidos en mi corazoncito






Iglesia de San Pedro de Atacama















San Pedro de Atacama, calle Caracoles









Puesta de sol desde el valle de la Luna






Afuera de la Cueva del diablo, en Quitor















Ana, en la boca de la cueva del Diablo
(fuimos sin linterna y esta mujer se ha pegado un resbalón de gimnasta ¡tremendo!)







En el Bar Britannia, de Asunción, con la Ana y la Rosemary.
(Buena música, cerveza heladita, patio con árboles ¡óptimo lugar!)




En Asunción, afuera del Centro Cultural de España, Ana, yo, Rosema y el Kent; vimos una obra de Teatro re-linda, se llama MOON.
Es sobre la comunicación entre los diferentes pueblos, lo importante de las historias de cada cultura, las fábulas, leyendas y demases que te enseñan mucho más sobre lo humano. Además
tenía recursos muy entretenidos del Teatro Negro de Praga, de Títeres, canciones. Salimos felices, como cabros chicos.




Lagunita en pantanal, sector del Río Abobral.


Miss Capivara, Pantanal







Aguilucho en su ramita, Pantanal.














Juan el grande ¿¡cierto que es grande!?
Verlo volar es toda una experiencia, además en sus nidos arriba de los árboles se ven muy locos ¡ímagina el tamaño del nido!













Un Yacaré, estaba lleno de ellos en las orillas.








Cruzando un pantano, buscando monos,
atras está Leví (nuestro guía, que era descendiente de Incas), la Ana y luego yo.
No vimos monos ese día.






El río Abobral, ahí nos bañamos, navegamos y vimos montón de fauna.








Me hubiera gustado tomarle fotos buenas a los Bugios (los monitos), pero estaban muy arriba, así que solo se ve un bultito, por eso las omito. Tengo más fotos, pero estas serían la 1ª selección. Ojalá las disfruten...

2 commentaires:

nomecentro a dit…

Si hubiera una cura para la envidia y pudiera tomarse a grandes dosis, los deseos de suplantar a otras personas no serían tan duros de llevar.

Unknown a dit…

Javi Muy lindo viaje, la diversidad de paisajes, me hace recordar el que algun dia hice, los aromas, la vegetación, la diversidad de especies es algo increible,...pero hay que estar ahi para sentirlo,...te felicito...muy buenas fotos....
un amigo de Norte...un viajero en moto...