P.D.

Quizás es poco objetivo comentar la fiesta de tan cerca, pero me atrevo a decir que dio de qué hablar. Mucha más gente de la que llegó quería ir, algunos que llegaron se fueron, en fin. Yo anduve como un satélite de buenas intenciones arriba y abajo de cerro y la gente aperrada que apareció y se quedó, le sacó jugo al jolgorio; las fogatas, la música, el espacio natural y la compañía fueron protagonistas. La luna se mantuvo alta y tímida detrás de nubes delgadas.
Me gustó harto que se hiciera la fiesta, creo que sacar voluntariamente a la gente de sus paredes habituales es un aporte, aún cuando el precio sea alto (movilizarse, eliminar mucha basura, coordinarse sin señal de telefonía, ...). Aunque yo se que la fiesta podría haber sido mejor, me refiero a ser más coherente y llena en su propuesta (rollo ecológico, presencia artística); el resultado ya fue, o sea que solo queda la posibilidad de mejorar a través de nuevos proyectos. Ojalá desde estos sures se siga fortaleciendo esa intención. Algo nuevo o novedoso que se cueza para aliñar esta isla llena de sorpresas.