14 déc. 2008

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Despierta en el laberinto del presente, recuerdo qué busco y estrujo el pañuelo. Comienza a secarse el afán de entristecer.

Un pasado es todavía un sentimiento duro de roer, mucho espíritu que se abalanza sobre razonamientos

cargados de sensatez, miedo de cruzar más allá del prejuicio del arte, desamparo afectivo

que alimenta incertidumbres.

Escupo mi sangre al crudo silencio. Tengo algo que decir.

1 commentaire:

nomecentro a dit…

La mayoría de las elecciones personales excluyentes no son completamente irreversibles. Las cosas verdaderamente importantes no son muchas y siempre quedan a no demasiada distancia. Además siempre están claras: Somos lo que de verdad queremos.