30 mars 2009

Masa

Vacaciones en santiago, cosas de la vida me hacen decidir por lo tóxico y masivo, vengo de la isla grande, del sur y la lluvia a este seco valle palidecido de smog, esta semana tuve experiencias nuevas de ser uno con el flujo indistinto de la masa, la micro, el metro, el concierto de Radiohead, me lanzaron al centro del corral ganadero de esta sociedad humana. Es chistoso y algo perturbador tener la autoconsciencia activa cuando a paso de pinguino se avanza apretado por tus pares, hay algo de dulzura en el aglomeramiento; aunque no se podan sus visos patéticos.
Lo más divertido es que en una ciudad de 5 millones de habitantes, me encuentro todos los días con algún ex-sureño, por casualidad. Es una sincronía tremenda llegar a eso y me siento un poco más orgullosa de haber venido a acalorarme a este lugar, en vez de al valle del Elqui, o a Machu Picchu.
El punto hermoso de esta crónica es la del reecuentro con la corriente de mi humanidad, mi humanidad en busca de expresión y trascendencia, la mansa masa me agitó la mansedumbre mental y siento que eso es un vuelco necesario, cuando se trabaja en rutina constante y el cansancio te carcome la voluntad de exigirte. Estoy en una realidad recién encontrada, donde las piezas calzan y la representación que haga de ello me valdrá un aliento profundo de ser en el mundo.
Estoy contenta, de lo superficial y de lo denso-ecléctico que aquí (en mi) se conjuga.

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