3 nov. 2009

Todas las hojas son del viento


Ulmos, Rauco, Chiloé.

El bosque era el antiguo lugar de contacto con lo divino, los troncos eran el libro de la sabiduría, el teléfono celestial, el templo.
Estar ahí llena del mundo fugaz es casi una trasgresión, la devoción al mediatismo y la tecnología aparecen, no como demonios, pero como antípodas en las que el cielo se aleja. O se redefine, hojas por websites, a correr por el espacio...
Una canción a la brisa que sacude las copas, un mensaje que tiltila en mis ojos se contraponen y en el contraste
es verdadera mi ilusión de vida. Ilusión, Maya, Mil caras, quiero que se desvanezca y que me lleve tras bambalinas, donde se sabe algo del divino ser que cada humano es.
Extraño alguien que caminaba a mi lado, pero sigue ahí, en otra dimensión de la magia.

1 commentaire:

Anonyme a dit…

La apuesta de los bienes raíces tiene un plazo de una vida. Ir construyendo todo el tiempo. Própósito más de la Naturaleza que humano (esto debería pasar los Esku2 del servicio de seguridad del MI, que veta las pre-candidaturas). De vez en cuando me da por pensar en mensajes enviados por los árboles, porque me hacen recordar nuestros despropósitos.