Mis palabras son tus palabras y no se quedan como polillas en una luz artificial; están aparecidas al sol coloridas cual mariposas aunque el paisaje se deshoje al marrón y al gris.
Yo ardo profundamente en este pecho y asciendo recorriendo toda la materia, no me importa quién proyecte sombra sobre tu externa sustancia. Lo único real está en ti, tú lo cobijas brillante en la paz de estar siendo atenta y sensible en tu consciencia.
Tu libertad está en la mirada partida en tres: una dentro, una afuera y una omnisciente que observa el limbo de la realidad.
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