14 juil. 2006

Corriente















Pareciera que en la acción hay dos actuantes, hasta
tres o más, que se disputan las decisiones o actitudes,
dan la impresión de ser constitutivos del ser o tal vez
solo uno tergiversado y confuso que se multiplica
para crear un diálogo interno como puente hacia
una solución. Lo difuso genera incertidumbre y tener
variedad de respuestas puede suplir aquella inseguridad.
Puedo llamarlo un síntoma esquizoide, pero conlleva
una psicología que aquí no se fundamenta, lo cierto es que
se da una fragmentación de la conciencia, los heterónimos
de uno mismo, vivos y presentes en nuestro cotidiano
pensamiento.
También existe un público a quien se expone nuestra existencia,
y puede obtener un poder tal que cohíba nuestros intentos
parcial o totalmente. La vulnerabilidad de ser expuesto se presta
para vejaciones del ser escudo que tiene una frialdad incisiva
y dolorosa en la tibieza receptiva del otro vivo.
Uno en cápsula necesaria por el medio agresivo, otro
descascarado por claridad espiritual y apego al centro,
se contraponen y luchan
de una manera inconsciente por algo mucho más lejano a sus contingencias.

1 commentaire:

Anonyme a dit…

he notado que ya se lo han pedido: es posible conversar con usted y hacerle unas preguntas complejísimas