Gracias:
Por todas las mañanas del mundo
que no pasaste conmigo
por todos los domingos
que no cocinamos juntos
por todos los viajes
que no nos dimos
y por todas las veces
que no hicimos el amor
Las poquitas veces que sí
las reservo en sumergidas mareas
donde desde el incio ya rondaban
fantasmas de otras vidas
en que no llegué hasta ti
No hubo un tiempo
No para ser feliz
Y yo quiero ser feliz
El cielo llorante reciba
nuestro lívido amor
perdido en el miedo
de ser amado de vuelta
3 commentaires:
Sobre todo en medio de discursos publicitarios la palabra 'felicidad' siempre hace saltar el detector de malas intenciones que llevo puesto. La gran meta. La gran aspiración del ser humano. Tan inevitable y natural parece su búsqueda. Como depredadores podríamos no estar genéticamente diseñados para ella.
...el cielo personal dista de la postal de la felicidad que pueden bombardear los mass-media.
me gusta la reflexión desde nuestro lugar en la cadena trófica, la herencia del acecho y el provecho puede ser responsable que huya la presa de la felicidad...
en este contexto felicidad es un simple compartirse, un poco más acá de las pantallas, cerca de la calidez, echo carne en vez de un eterno fantasma de lo que pudo ser
El remedio para la nostalgia de lo que no tendremos es también una mayor dosis de realismo. Una noción cercana a contentarse, bajar las expectativas, hacer concesiones, apostar conservadoramente, renunciar. Proceder prudente, razonable, sensato, conveniente. Desanclar la mente del asalto de lo concupiscente es la solución de nuestra tradición religiosa. Trata la fijación egocéntrica como placer deshonesto. Algo extraño porque parece más una conducta defectuosa de egoísmo que de deshonestidad. Aconseja desplazar nuestra atención mirando fijamente a lo real que está en marcha. Ni freudiano, ni del Jung creador del arquetipo introvertido, pero compatible con el conductismo. Débil forma de acabar con la avaricia de estados ideales.
Enregistrer un commentaire