Me siento en una orilla a observar que la personalidad que llevo como mi primer traje en este mundo ha quedado tantas veces corta: en genio, en generosidad, en empatía, en coraje. Quizás pudiera justificar eso que parece ensombrecerme, pero en realidad ahora, en este momento de mi vida YO ELIJO TENERME PACIENCIA. Para cambiar esas conductas arraigadas en una idea posiblemente errada de lo que tendría que ser la vida, es necesario que las acepte y busque sus fuentes. Como dijo C.G. Jung: "Lo que niegas te somete. Lo que aceptas te transforma". Ahí estoy creciendo, tomando casi con cariño las fotos mentales de los caminos errados, las tosudeces, rebeldías, apatías, impulsos, algunos bellos en su intención, casi legendarios aunque ilusos, otros claros, pero severos y duros, que casi no dejan cobijar nuevos comienzos o compañías amables.
Tolerar mis defectos, porque tienen un origen de cadenas muy largas para juzgarlas, desde lo que fui recibiendo desde mi nacimiento que forma también parte de una trama que se pierde en el tiempo, hasta lo que es mi karma.
Escuchaba a un drupbon budista el otro día que enunciaba 6 vías hacia la iluminación, a ver si las recuerdo todas: disciplina, paciencia, esfuerzo alegre, concentración, generosidad y sabiduría. Si ahondamos un poco en cada una de ellas, en realidad las cosas "malas", los defectos, van desinflándose a la luz del trabajo consciente en ir puliendo la mente (que genera al ego) y sus arrebatos. Todo lo anterior que nadie dijo que era fácil y que por supuesto no se trata de transformarse de buenas a primeras en budista o en una clase de monja, pero sí implica dedicarse a desarrollar partes más elevadas en uno, a tomar responsabilidad en ejercitar la espiritualidad que es el único lugar de encuentro incondicional con lo divino, aunque los hijos y el amor de mi vida puedan acercar ese sentimiento también, el trabajo de identificación con lo único que da sentido al universo es el camino para salir del sufrimiento.
Hay una tarea que tomar en serio, educar la mente para enfocarse en un camino que salga de las distracciones y del egoísmo, que conecte con el corazón y desde ahí escuche lo que es importante, porque la intuición desde el corazón nos puede aclarar más que cualquier oráculo o chamán: qué es lo que vine a hacer a este mundo?
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