22 févr. 2016

Lastre

 


Una canción dice "a veces reflexiono que solo puedo ser tan bueno como me dejes serlo" ("I sometimes realise I can only be as good as you'll let me", Pearl Jam), cierto que lo que se recibe es detonado asimismo por lo dado y la apertura para sentir una emoción es también una decisión.
Aunque no se puede volver el tiempo, borrar o sepultar los parásitos fantasmas de la emoción errada, hermitaña, miserable, melancólica, doliente, viciosa u obsesa, sí caben las enmiendas. A la edad que sea, con el corazón por fin sincero y elevado de la neblina fantasmal del ego mal comprendido decirse: "Yo soy esto que soy y quiero esto que siento en mi corazón. Acepto que pueda equivocarme, desear algo dañino, herir a alguien querido por un anhelo profundo de mi alma y no siendo malo, siendo nada más como soy". 

Mejorar y perfeccionar es un camino en el que he crecido y decrecido como una balanza inestable, querer agradar a los valores de unos pilares sociales o de otros laborales, un platillo resbaloso que sirve la satisfacción fugaz de ser un "bien". Mas soy un ser: dinámico, falible, intelectual y emotivo. Cómo se enseña a hacer feliz a otros antes que a uno mismo? Extraña sociedad donde el lastre de lo aprendido como deseable se transforma en grillete al naufragio de nuestras felicidades.

Fantasmas, aparecidos, falsos, casi milagrosos, casi reales, desvaneciéndose...

El lastre mas pesado es la creencia, la convicción aprendida o de autoría personal, tanto puede hacer por conseguir un rumbo óptimo al destino, como por llevar a pique la nave-vida. Pero mejorando hay esperanza, sobretodo desde la verdad de nuestra vida, nuestro anhelo, botando el lastre de lo ideado con sus ilusiones para vibrar cada vez más limpio en la nota original.

Aucun commentaire: