Se que hay muchas piezas de mi ser, veo hoy, escuchando la lluvia con mis ojos cerrados, que hay pocas que cuadran bien unas con otras. Crecer ha sido en mí aceptar que se deforman los elementos ideales y que pudiera nunca lograrse el plano personal perfecto.
Hoy me siento así, como un puzzle armado por un niño, que no cuadra pero tiene una silueta de figuras especial, una propuesta revuelta de una pintura clásica.
Me duelen las inarticuladas piezas, pero dejo que sea. Hay intención de acomodarlas.
Así o algo así...
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