(5/6/2005)
Salí de la casa evadiendo una cascada de deberes domésticos y académicos. Solo quería conectar con una emoción desierta y cambiante, no una intención concreta, embarcarme en el día con la música elegida en el discman. Caminé en silencio y con los ojos bien abiertos varias calles hasta la línea del tren de Leon Gallo con Caupolicán, ahí apreté PLAY: Donnie Darko OST. Seguí por la línea ferroviaria y me atrajo la fábrica de cereales abandonada a un costado de los durmientes. El edificio con personalidad soberbia, casi diciendo aún viviré. Coincidí con esa emoción y me acerque con intriga traspasando las fronteras de la propiedad con un impulso y un salto. Ágil y a la vez cuidadosa. El interior de la fábrica casi era gutural (los oídos percibían los efectos de sonido de Darko y los ecos de mis pasos en el edificio) y a la vez onírico: la penumbra, los haces de luz, las palomas asustadas revoloteando al intruso, las escaleras angostas hacia ninguna parte accesible, hacia el misterio, los pasillos húmedos, las rampas detenidas, las fisuras del concreto adornadas de moho, los portales a la inmensa vacuidad, los ecos en la oscuridad, las ventanas iluminando un suelo lleno de posas, los techos derruidos, los pilares truncos, las poleas y las cintas en pausa, como mi respiración de asombro en cada imagen que abre un álbum del tiempo en ruinas. Subí a lo alto, bajé a lo último, lo más oscuro, solo vi el negro, percibí con fuerza la textura del suelo musgoso y para caminar hasta el final, del cuaderno que escribí mi aventura quemé una hoja de papel como antorcha y a la vez una luz que se despide cuando un vehículo pasa. Salí corriendo de allí, demasiada oscuridad densa sobre mis pasos. Al salir reconocí la luz como tallaba los muros contra el rastro húmedo de las piedras. Cartografía del desuso.
Nadie me vio allí, más que las palomas.
Salí y la tarde me derramó su arrebol. Para entonces sonaba Beth Gibbons en mis oídos clavando un verso cual: falling like a silent paper, holding on to what maybe: it's a funny time of year...
Salí de la casa evadiendo una cascada de deberes domésticos y académicos. Solo quería conectar con una emoción desierta y cambiante, no una intención concreta, embarcarme en el día con la música elegida en el discman. Caminé en silencio y con los ojos bien abiertos varias calles hasta la línea del tren de Leon Gallo con Caupolicán, ahí apreté PLAY: Donnie Darko OST. Seguí por la línea ferroviaria y me atrajo la fábrica de cereales abandonada a un costado de los durmientes. El edificio con personalidad soberbia, casi diciendo aún viviré. Coincidí con esa emoción y me acerque con intriga traspasando las fronteras de la propiedad con un impulso y un salto. Ágil y a la vez cuidadosa. El interior de la fábrica casi era gutural (los oídos percibían los efectos de sonido de Darko y los ecos de mis pasos en el edificio) y a la vez onírico: la penumbra, los haces de luz, las palomas asustadas revoloteando al intruso, las escaleras angostas hacia ninguna parte accesible, hacia el misterio, los pasillos húmedos, las rampas detenidas, las fisuras del concreto adornadas de moho, los portales a la inmensa vacuidad, los ecos en la oscuridad, las ventanas iluminando un suelo lleno de posas, los techos derruidos, los pilares truncos, las poleas y las cintas en pausa, como mi respiración de asombro en cada imagen que abre un álbum del tiempo en ruinas. Subí a lo alto, bajé a lo último, lo más oscuro, solo vi el negro, percibí con fuerza la textura del suelo musgoso y para caminar hasta el final, del cuaderno que escribí mi aventura quemé una hoja de papel como antorcha y a la vez una luz que se despide cuando un vehículo pasa. Salí corriendo de allí, demasiada oscuridad densa sobre mis pasos. Al salir reconocí la luz como tallaba los muros contra el rastro húmedo de las piedras. Cartografía del desuso.
Nadie me vio allí, más que las palomas.
Salí y la tarde me derramó su arrebol. Para entonces sonaba Beth Gibbons en mis oídos clavando un verso cual: falling like a silent paper, holding on to what maybe: it's a funny time of year...
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